12 de Diciembre 2004

Urgencias.

El otro día, estuve de urgencias.
A los diez años más o menos, era alérgica a muchas cosas. Tenía pequeños ataques de asma. Fui por muchos alergólogos hasta encontrar a uno que dio con el “truco” para impedir que los ataques fueran menos agresivos cuando los tuviera. Y con ese tratamiento, me dijo que seguro que cuando me viniera la regla, se me quitaría todo.
Y por raro que parezca, así fue. A los doce años me vino, y todo desapareció. Cambié completamente de vida, en vez de quedarme en casa sin moverme por miedo a ahogarme, salía, corría y jugaba.
Es muy angustioso tratar de respirar y que sólo entre un hilillo de aire.
Tengo treinta años, y el lunes pasado por la noche, estaba en una camilla, con una mascarilla para poder respirar. Después de tanto tiempo...
Le di un susto muy grande a mi compañera de piso porque, según ella (yo no me acuerdo muy bien de esa noche), tenía la cara morada.

El médico que me atendió en el Hospital del Mar, Ricardo, fue muy amable. Me preguntó dos veces si fumaba porque no se explicaba muy bien, que después de tantos años, volviera a tener una crisis. El caso es que no fumo ni vivo con alguien que lo haga...
Ricardo, me trató muy bien. En todo momento me preguntaba cómo iba y me daba golpecitos en el hombro. Hizo que estuviera tranquila en todo momento y me explicó lo que me hacía, porqué lo hacía y lo que me aconsejaba para un tratamiento posterior.
La enfermera que me puso el gotero o gota a gota o como se llame, estuvo un buen rato conmigo, porque no había manera de que me encontrara la vena. Se llamaba Antonia. Me explicó que esa tarde, hubo bastante gente en urgencias, que estaba un poco cansada, y que el médico que me había tocado, era muy simpático. Cuando me limpió el brazo con alcohol para pincharme y vio el tatuaje, hizo la broma de querer borrármelo y preguntó si era de los que no se quitan...

Ahora estoy con un tratamiento y ya tengo hora para que me hagan una radiografía. No me gusta la idea de volver a temer que en cualquier momento, me vuelva a faltar el aire. Espero, como años atrás, encontrar la solución.

Esta es mi particular manera de dar las gracias (aunque ya se las di a ellos) al médico y la enfermera que me atendieron.
También a mi mejor amiga, que desde entonces, me está cuidando mucho, y me acompaña a los sitios y me recuerda lo que me tengo que tomar y a qué hora.

Posteado por Sasha | 12 de Diciembre 2004 a las 07:03 PM
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