28 de Noviembre 2003

El otro día, hablé con mi tío. No me llamó él ni lo llamé yo. Ahora está pasando unos días en casa de mi madre, y fue ella la que me lo pasó. Supongo que ella debió irse del salón, porque él me habló de la confesión que me hizo.
Lo noté nervioso, avergonzado. Ya no me hablaba como aquella tarde, me hablaba como siempre. Su excusa fue que había bebido. Que ni siquiera se acordaba de lo que me había dicho. No estaba en absoluto bebido.
Espero que este tema tan desagradable, quede enterrado.
Aunque ya me siento mejor, y no tengo aquella sensación, sigo sin tener ganas de enfrentarme a él. Cuando hablé con él por teléfono, estaba temblando por dentro, pero me gustó la reacción que tuve, y como llevé la situación. Pero hablar por teléfono no es lo mismo que tenerlo cara a cara. Alargaré todo lo que pueda el momento de verlo...

Por otro lado, se acercan las Navidades. Y mi madre ya está diciéndome que las quiere pasar aquí.
En mi casa no, en casa de mi abuela (aunque nadie me quita que venga unos días a la mía). Y eso quiere decir que la voy a tener que ver!
Y me hará sus preguntas sobre mi vida. Cómo estoy, con quién estoy, que porqué no voy unos días a Madrid a ver a mis hermanas... Querrá saber quien llama cuando suene el teléfono, el móvil o quien es el que me manda el sms. Llamará a mis hermanas y me pasará el móvil para que hablemos, (su incansable intención de mantenernos unidas).
Y mi hermana (la mediana), me preguntará exactamente lo mismo que mi madre. Que con quién voy, que qué voy a hacer en Reyes, o en Nochebuena o en Nochevieja. Y dejará caer sutilmente, que hace mucho que no nos vemos y que me pase por allí.
Y yo volveré a decir lo mismo que todos los años. Que hago una fiesta en Nochebuena y otra en Nochevieja.
Que no estoy con nadie compartiendo mi vida y que tengo muchos amigos y no necesito urgentemente a un hombre a mi lado para sentirme bien.
Con mi otra hermana (la mayor), es diferente. No me pregunta por mi vida. Sólo se interesa por si estoy bien y se asegura que no vaya a pasar las Navidades sola.
Volveré a luchar con mi madre para defender mi estilo de vida, mis ideales y tendré que volver a convencerla de que no me “arregle” una entrevista de trabajo con uno de sus amigos de toda la vida. Decirle que me gusta arreglármelas sola y que me gusta mi manera de vestir y de que estoy bien aunque no pase estas fechas con mi familia...
Así que ahora estoy reuniendo fuerzas para soportar esos días.
Y luego, cuando todo termina y paso la Nochevieja aquí, con mis amigos, con la gente que quiero, lejos de todo lo que no me hace sentir bien, se me olvida el martirio familiar.
Y sé que lo que hice, irme tan pronto de casa, alejarme de lo que me había estado atormentando siempre, valió la pena.
Porque ahora estoy donde quiero estar. A unos 700km lejos de mi familia, de los malos recuerdos (que algún día contaré), y de los intentos por parte de mi hermana de llevarme por el buen camino.
A lo mejor esta vez, mi madre ya se da por vencida y me deja tranquila.
Quién sabe!

<__trans phrase="Posted by"> Sasha <__trans phrase="at"> 9:13 PM | <__trans phrase="Comments"> (0)

15 de Noviembre 2003

Visita inesperada.

Estaba en casa, tumbada en el sofá, medio resfriada y me envían un sms.
-“Puedo tomarme un café contigo?”-
Estaba ahí, tirada, intentando dormir y al leer el sms, me incorporé, temblando y pensando en qué contestar.
Le puse que no me apetecía salir, y que se pasara por casa. Y en menos de media hora, estaba en la puerta.
Así de inesperado todo. Este hombre siempre me ha sorprendido. Hace 14 años que lo conozco. Hemos tenido una relación bastante atípica. Nos liamos a los 6 años de conocernos, y en un momento malo. Aún así, no pude resistirme. Luego, se fue todo al garete, no sé muy bien porqué y hasta hace unos meses, no hemos vuelto a saber el uno del otro. La noche vieja pasada, con borrachera de ron, decidí llamarlo y desearle buen año. Y ese fue el principio de nuestro re encuentro. Días después cenamos y hablamos de lo que habíamos hecho durante ese tiempo en el que no nos habíamos visto. Y más o menos, me dejó claro que él estaba muy bien con su pareja actual. Aunque esa misma noche, unas horas después de haberme dicho eso, me robó un beso...
Hoy no ha pasado nada. Hacía tiempo que no nos veíamos, y supongo que tenía ganas de verme. Nos hemos mirado mucho, hemos hablado y una vez más, lo he visto nervioso. Como si me quisiera decir algo. Nos hemos visto 3 veces, y siempre se lo noto. Me gustaría que fuera sincero conmigo, pero no quiero agobiarlo. Quiero darle más tiempo. Hace poco que acabamos de re encontrarnos y sé que necesita tiempo para darse cuenta de que no he cambiado. Necesita tiempo para volver a confiar en mí. Para saber que mi familia ya no me influye para nada.
Es una de las pocas personas con las que me encuentro cómoda. Es alguien que me conoce y con el que puedo estar como me dé la gana. Tenía ganas de verlo, y últimamente pensaba en mandarle un mail para saber cómo le iban las cosas. Al principio estaba nerviosa, pero en cuanto he estado con el unos minutos, me he relajado y he estado fenomenal. Se me ha hecho corto. Siempre me quedo con las ganas de estar más tiempo con él.
Está muy guapo, más madurito y con los ojos más grandes y expresivos. Tengo su olor en mi casa y en mi cara y en mis perros, y ya estoy queriendo verlo de nuevo. Si fuera por mí, lo vería mucho más a menudo.
Ahora, sólo queda esperar a su próximo sms, mail o llamada.
Y cuando nos volvamos a ver, le preguntaré el porqué de sus nervios conmigo. A ver qué me responde...


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<__trans phrase="Posted by"> Sasha <__trans phrase="at"> 9:04 PM | <__trans phrase="Comments"> (1)

8 de Noviembre 2003

No son todos los que están ni están todos los que son.

En relación con el post anterior, quiero aclara que no se trata de mi tío esquizofrénico. Del cual hice un post en su día.
Ese sería incapaz de hacerme algo así.
El que me hizo esas proposiciones es, precisamente, su hermano.
Parece increíble, pero el que está mal de la cabeza jamás se le ocurriría hacer algo así. Mientras que el “cuerdo” es el que hace locuras de este tipo.
Realmente, no sé que es lo que separa a la cordura de la locura.

<__trans phrase="Posted by"> Sasha <__trans phrase="at"> 1:11 AM | <__trans phrase="Comments"> (1)

7 de Noviembre 2003

Para sentirme mejor.

Hace unos días, me pasó algo que jamás pude imaginar.
Solo se lo he contado a mi mejor amiga, no puedo contarlo a la familia, ni a mi abuela, a la que le suelo contar de todo.
Desde ese momento, tengo algo extraño dentro. No se me quita de la cabeza y quiero escribirlo para sentirme mejor.
Tengo un tío que vive en Canarias. Nos vemos muy de vez en cuando y tenemos una relación normal. Nunca sentí hacia él un cariño especial, mientras que él siempre ha estado diciendo que si en su casa tiene muchas fotos mías, que si siempre me insiste en que vaya a Tenerife...
Hace un tiempo que está en un pueblo, al lado de donde vivo. Ahí es donde vive su madre, y está pasando unos días.
Se ha separado recientemente y no está pasando por una buena época. Aunque él se empeña en decirle a todo el mundo que es su mejor momento. Desde que se separó, me llamaba más a menudo. Antes, podían pasar meses y meses sin hablar con él. Pero últimamente, eran bastante frecuentes sus llamadas. Pensé que necesitaba hablar, puesto que acababa de conocer a una chica, y siempre me contaba cosas de ella. Por eso no me sorprendió demasiado este cambio en nuestra relación. Mi madre y mi abuela, me animaban a animarlo, decían que yo lo entendía muy bien, y que conmigo se reía un montón.
La verdad, es que apenas sé como es. Nunca hemos hablado de nuestras cosas, porque a mí no me sale contarle mi vida a una persona a la cual no veo apenas. A parte de que sea mi tío. No sé, pienso que la familia es la familia, y los amigos son los amigos.
La otra tarde, me llama y hablamos. Lo de siempre, que como estaba, que qué tal con la chica con la que está...Y quedo con él en que éste sábado voy a pasar el día y así nos vemos.
Al día siguiente, me llama mi abuela angustiada, diciéndome que él a discutido con su hermano y que está mal y que se quiere ir. Yo la tranquilizo diciéndole que el día anterior habíamos quedado en que nos íbamos a ver el sábado, y que no se puede ir. Quedo con ella en que más tarde, lo llamaría para confirmarlo, y a ver que me decía.
Espero unas horas, y lo llamo. Me explica la riña que ha tenido con su hermano, y me dice que quiere irse, que no quiere volver a verlo y que ya nos veríamos en otra ocasión.
Decido sincerarme con él, y le digo que parece que está muy perdido, que aunque él diga que no, lo está. Total, que hablamos de cómo se siente él ahora, sin su mujer, y lo empiezo a notar raro. Se queda callado y me dice que tiene un problema conmigo. Le digo que me lo cuente, que qué problema puede haber si últimamente, hablamos más que nunca. El me dice que lo olvide, pero al rato, me lo vuelve a decir. Insisto en que me lo cuente, y me dice que quiere hacer el amor conmigo.

Así, literalmente. Me quedé helada. Jamás sospeché que me fuese a decir tal cosa. Pensé que estaba mal de la cabeza, que tenía muchos problemas últimamente, y me dispuse a discutir con él. No quería que sintiese nada por mí. Dios mío, que mal me sentía en esos momentos!
Pero me dice que es ya desde hace 2 o 3 años, que viene sintiendo esto. Le digo que no, que está equivocado, que está pasando por un mal momento y que no puede ser que sienta eso por mí.
Cuanto más le discutía, peor se ponía la cosa.
Y ya le cambió la voz. Ya no era mi tío, era un hombre tratando de convencer a una mujer de poder tener una bonita relación.
Acostumbrada al teléfono erótico, a esas voces melosas, empalagosas, y encima, que viniera de mi tío, me sentí muy asqueada.
Me puse seria. Le hablé mal. Él insistía en que no mirara nuestra relación como tío y sobrina, sino como hombre y mujer.
Y mientras, mi madre llamándome por el móvil.
Fue todo tan extraño. Me sentí tan sola...
Di por terminada la conversación, después de dejar muy clarito que se le quitase eso de la cabeza.
Intenté calmarme, sentirme bien. Pero no me quitaba de la cabeza su manera de hablar, su voz.
Al rato, volvió a llamar. No cogí el teléfono. Llamaba al fijo y al móvil.
Pasó un rato, y me llamó mi abuela por el fijo. Me dijo que él ya se había ido a dormir, (eran las 21.30), y que qué tal había ido todo.
Que qué tal había ido todo?!
Pues nada, que tienes un hijo que cayó en la locura y que va haciendo proposiciones deshonestas por la vida...
Le digo que bien, que él sabe lo que hace. Qué le iba a decir?!

Seguía sintiéndome mal. No quiero ser consciente de que un miembro de mi familia se siente atraído por mí. De que se salta a la torera que soy hija de su hermana, de que se salta a la torera el daño que a mí me pueda causar. De creer estar seguro de ser correspondido!, cómo?, si no nos vemos apenas, si no nos conocemos, si es mi tío!.
Cuando estaba hablando con mi abuela vibró el móvil, al cual le quité el sonido para no volverme loca con su insistencia, y volvía a ser él. Eso fue algo que ya, terminó de asquearme. Se había ido a acostar para llamarme de nuevo. Termino de hablar con mi abuela, y decido llamarlo. No me da la gana, de tener que estar temiendo si me llama o me deja de llamar. Quise terminar una vez más con el asunto.
Respondió con la misma voz melosa. Supongo que era mucho esperar que llamase para pedir perdón.
Sin dejar que le dijera nada, se dispuso a explicarme su situación en el cuarto. Que si estaba en la cama, oyendo música y hablando conmigo...
Le dije que se olvidase de mí. Que nunca tendría de mí ese sentimiento que buscaba. Por mucho que me pidiera que no pensase en nosotros como lo que éramos, tío y sobrina.
Le dije, como mujer, que no me atraía y que no podía tener una relación con él.
Fui seria, cortante y al grano. Como creí haberlo sido la vez anterior. Pero por suerte, esta vez, me pidió disculpas, y me dijo que no me molestaría más.
Y no ha vuelto a llamar.

Es curioso, porque esa noche, hablando con mi amiga, me sentía mal, pero con ganas de verlo y ponerlo verde, y quedarme tranquila. Pero el sentimiento que tengo ahora, es de no volver a verlo. Temo que me llame, temo que me vuelva a decir algo, sea lo que sea, relacionado con aquella conversación.
No sé lo que me pasa. Nunca había pasado por esto. Quizá me lo estoy tomando muy a pecho, quizá no es bueno que piense tanto, no lo sé.
Lo único que me ayuda un poco, es saber que más gente va a leer lo que me pasó, y que a lo mejor, me dan algún que otro consejo.
Quisiera mirarlo todo con cierto humor. Pero no puedo. Dicen que el tiempo lo cura todo, no?
Lo único que tengo claro, es que mañana, no voy a pasar el día con él. Tengo que llamar, y cuando termine con éste post, lo haré. Hablaré con mi abuela, pondré cualquier excusa y me quedaré en casa. Tranquila.

<__trans phrase="Posted by"> Sasha <__trans phrase="at"> 11:27 PM | <__trans phrase="Comments"> (6)